1. Pensar en lo que quieres decretar. Ejemplo: “Quiero manifestar armonía en mi cuerpo”.
2. Sentir que ya has recibido aquello por lo que estas decretando. Ejemplo: ¡Que dicha, ya siento la armonía en todo mi ser, Gracias Padre que ya me lo concediste!
3. Pronunciar las palabras. Decretar hablando claro. Ejemplo: «Yo Soy la perfecta salud manifestada ahora, en cada célula de mi cuerpo, la perfecta juventud, belleza, armonía, pureza y fuerza, Yo Soy».
A simple vista parece sencillo, pero puede que al principio no logres cumplir con alguno de los pasos, ya sea porque:
1. No sepas lo que quieres.
2. Porque te resulta difícil creer que lo puedes recibir.
3. O porque no puedes hablar con claridad.
No importa cuál sea el caso, todo tienen su solución.
Muchas cosas que la mente detecte como irreales no se manifestarán, y el poder del decreto será nulo. Cosas tales como: El poder de volar, ganarse el premio mayor de la lotería, entre otros. Cuando decretes debes pensar en algo realizable, no fantasioso, o estarás perdiendo no solo tu tiempo, sino también tu energía.