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La ciencia de la palabra hablada

Tú también puedes aprovechar el poder creativo del sonido y de la Palabra de Dios con la ciencia de la Palabra hablada. La ciencia de la Palabra hablada se basa en los principios antiguos, así como en revelaciones modernas.

La oración hablada constituye uno de los núcleos esenciales en la práctica de las grandes religiones de Oriente y Occidente, ya sean las oraciones judías Shema y Amidah, el Padrenuestro cristiano, el Shahadah musulmán, el Gayatri hindú o el Om Mani Padme Hum budista. Pero la ciencia de la Palabra hablada que los maestros de luz enseñan, va más allá de todas las formas de oración de Oriente y Occidente.

Es un método de acceso al poder de Dios que combina oraciones, mantras, afirmaciones, meditaciones y visualizaciones, con lo que se llama «decretos dinámicos».

Como las oraciones, los decretos son peticiones a Dios pronunciadas en voz alta. Pero más que eso, son una orden para que se manifieste la voluntad de Dios.

Cuando meditamos, entramos en comunión con Dios. Cuando rezamos, nos comunicamos con Dios y le pedimos ayuda. Pero cuando decretamos, estamos ordenando a la luz de Dios que entre en nuestro mundo para producir un cambio alquímico. Estamos dirigiendo a Dios pidiéndole que envié su luz y sus ángeles para entrar en acción y generar una transformación personal y mundial.

La oración, la meditación y los decretos son formas de unión con Dios y con tu Ser Superior, y hay un momento y un lugar para practicar cada forma de devoción. Pero no importa que sendero espiritual practiques, siempre puedes beneficiarte añadiendo los decretos a tus devociones porque estos son las oraciones más poderosas que le puedes recitar a Dios.

Puede que te preguntes: ¿es realmente necesario pedirle ayuda a Dios? ¿No es Él omnisciente y no sabe ya como ocuparse de nuestros problemas y necesidades?

Según la ley de Dios, tanto Él como sus representantes celestiales no pueden intervenir en los asuntos humanos a menos que se lo pidamos explícitamente, porque cuando Dios nos creó, nos concedió libre albedrío, y respeta ese libre albedrío. Puedes ver la Tierra como un laboratorio en el que Dios nos ha dado libre albedrío para experimentar y evolucionar. Si no nos hubiera dado libre albedrío, dejándonos experimentar los resultados de nuestras acciones, buenos y malos, no seriamos capaces de aprender nuestras lecciones y de esa manera crecer espiritualmente.

La ciencia de la Palabra hablada es una relación interactiva entre el cielo y la Tierra, entre tú y todos los seres del mundo celestial que están preparados para responder a tus peticiones. Con esta ciencia sagrada y a la vez muy práctica, puedes trabajar con los ángeles y los seres de luz para dirigir la energía de Dios hacia problemas personales y planetarios concretos, ya sea para encontrar un empleo o para mejorar una relación conflictiva, detener el crimen en tu vecindad o estabilizar la economía.


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