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La visualización aumenta el poder de tus decretos

Lo que piensas mientras decretas supone un gran cambio en el poder y la eficacia de los decretos. La persona que se concentra al hacer decretos puede lograr mucho más en cinco minutos que aquella que decreta todo el día sin concentración.

Cuando decretes, visualiza una imagen. Una vez que hayas memorizado el decreto, puedes cerrar los ojos mientras lo repites y fortaleces tu concentración en esa imagen.

Comienza concentrándote en tu Presencia Yo Soy, a la que puedes ver como un sol resplandeciente de luz sobre tu cabeza. También te puedes concentrar en la chispa divina de tu corazón, imaginándola como una esfera de luz tan brillante como el sol. También puedes visualizarte en un gigatezco templo cilíndrico de fuego blanco. A medida que decretas, contempla miles de rayos de luz saliendo desde tu corazón para sanarte y también para sanar y consolar a todos los hijos de Dios en la Tierra.

También puedes mirar la imagen de uno de tus santos preferidos o de un maestro de luz, o un patrón simétrico divino que represente la perfección y de Dios. Por ejemplo, una estrella, una galaxia, una rosa, una forma geométrica, o una bella escena de la naturaleza como un atardecer.

Intenta visualizar la acción descrita en cada palabra del decreto sucediendo ante ti, como si estuvieras delante de una pantalla de cine. O bien usa tu imaginación para representar la resolución de ciertas situaciones que te preocupan.

Si al decretar fijas tu atención en una meta concreta, los resultados serán infinitamente más eficaces que si dejas que tu mente vague. Si tiendes a distraerte, no te autocondenes. En vez de eso, vuelve a concentrar tu mente sin brusquedad. Cuanto más practiques, mejor centrarás tu atención.

Entre las metas espirituales podrías incluir: tener más amor, acercarte a tu Ser Superior o superar experiencias dolorosas de la infancia que generan problemas en tus relaciones.

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