Eres exclusivamente tú, quien crea tu mundo. Y tal vez pienses que tú no hubieses querido que te suceda tal o cual cosa, pero es que tus decretos vienen siendo hechos por ti desde el principio de tus vidas; el Universo es mental y nada se pierde, simplemente porque somos energía en movimiento; es más, todo siempre vuelve a su origen. Repite constantemente: YO SOY la perfección de Dios en acción; porque resulta que perfecto fuiste creado y todo lo demás es una apariencia que debe desaparecer, y puedes lograrlo afirmando constantemente esta verdad.
Habla siempre en positivo no importa lo que estés viendo; ante la enfermedad, decreta salud; YO SOY la perfecta salud en todo mi ser. Ante la pobreza, riqueza; YO SOY la infinita abundancia de Dios hecha visible ahora mismo y continuamente para mi uso ilimitado. Ante el dolor, alegría; YO SOY la dicha, el júbilo y la alegría divina. Busca el opuesto a toda situación “no buena” y cámbiala; no colabores con tus energías para que “lo malo” tome más fuerza.
Ten en cuenta que el acto de reconocimiento más grande a Dios es el decretar tu perfección, ya que así es el Padre y así te pensó a ti. Si alguna vez te expresaste y le agregaste sentimientos a tu palabra, sumado al pensamiento que debió estar en ti antes de que lo dijeras: pues allí haz hecho un fuerte decreto que comenzara a gestarse y a tomar forma material. Mente (Cuerpo mental inferior), más Sentimiento (Cuerpo emocional), más Palabra, es poner todo de ti para que la energía se moldee de acuerdo a tu orden.