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Cómo pronunciar un decreto

Pronuncia las palabras con devoción. No necesariamente con un exceso de emoción, sino más bien con concentración y plenitud. Recuerda que el decreto es una orden divina. Pronuncia cada palabra con un amor inmenso por Dios, manteniendo en la mente la imagen exacta de lo que hayas elegido.

Hay decretos hermosos muy conocidos y un poco extensos, como el decreto del tubo de luz, el decreto del fuego violeta, el decreto “Yo Soy Luz”. Los cuales pueden ser repetidos varias veces durante cada una de tus sesiones. Por ejemplo, si te sientes identificado con el fuego blanco de la Pureza Divina, en tus sesiones de cada mañana, sentado y concentrado, puedes repetir el decreto del tubo de luz unas 5 veces, recordando hacer una respiración profunda entre cada decreto. Al cabo de algunas semanas de práctica, se empieza a magnetizar una energía tremenda que va purificando tu mente y tus sentimientos, va sanando tus memorias y tu cuerpo, y te empieza a poner en el lugar de paz que te corresponde por derecho divino.

Por otra parte, tenemos una gran variedad de decretos cortos que pueden repetirse de dos maneras muy efectivas, puedes hacerlo de las dos formas que procederé a explicarte, y elegir la que al final te brinde los mejores resultados.

Recuerda los 3 aspectos indispensables: pensar alto, sentir hondo y hablar claro.

Puedes utilizar un Japa Mala, o un rosario, con el cual puedes ir haciendo un decreto por cada bolita que vayas sosteniendo. Por ejemplo, sosteniendo la primera bolita de la Mala, puedes decretar: «Yo Soy la resurrección y la vida de toda perfección en mi mundo y mi plan divino en cumplimiento ahora mismo». Pasas a la siguiente bolita y repites el mismo decreto. Y así sucesivamente hasta que hayas completado los 10 o 15 minutos de esa sesión.

Existe otra opción, que personalmente me ofrece mejores resultados, y es el decreto acompañado por respiración rítmica. En este caso, se realiza acompañado de una respiración completa 8×4, la cual se constituye de cuatro partes: Aspirar durante 8 segundos, retener 4 segundos, exhalar decretando por 8 segundos, y retener si aire 4 segundos.

Puede que al principio tus pulmones no sean lo suficientemente fuertes para mantener este tipo de respiración, no obstante, puedes hacer una respiración de 4×4 o sea cuatro segundos por cuatro segundos, y luego ve aumentando hasta que llegues a la respiración de 8×4.

1. Ocho segundos. Inhala visualizando como la energía divina ingresa en ti a través de tu nariz o a través de todo tu cuerpo y llena cada célula de tu organismo.

2. Cuatro segundos. Reten el aire visualizando como esa energía se esparce por todo tu ser y tu campo áurico.

3. Ocho segundos. Exhala decretando claramente y con firmeza mientras exhalas. Por ejemplo: Yo Soy la iluminación y sabiduría de Dios dirigiéndome en todo lo que yo haga.

4. Cuatro segundos. Reten sin aire visualizando como la energía se expande y limpia todo tu ser, manifestando aquello que has solicitado. En este caso, por ejemplo, en la retención sin aire puedes visualizarte lleno de la luz dorada de la iluminación divina.

Repite este mismo ciclo hasta completar 7, 14 o 21 respiraciones. Acompañadas de sus respectivos decretos bien ejecutados.

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